domingo, 28 de agosto de 2016

HISTORIAS DE LA HIPERTENSIÓN

STEPHEN HALES: siempre hay una primera vez Hace casi trescientos años, en una pequeña parroquia de Teddington, al suroeste de Londres, empezaba a escribirse una de las páginas más importantes de la historia de la hipertensión arterial. Un clérigo que hasta ese momento había dedicado sus estudios a las plantas y los mecanismos de la fotosíntesis, lograba por primera vez medir la presión arterial en una yegua.


Stephen Hales nació en Bekesbourne, condado de Kent, el 7 o el 17 de septiembre de 1677.


Se ordenó como sacerdote en el Corpus Christi College (Cambridge) en 1703, en donde estudió ciencias con orientación a la botánica y la fisiología. En 1709 fue destinado a la parroquia de Teddington, en dónde permanecería hasta su muerte el 4 de enero de 1761 y en dónde desarrollaría la mayor parte de su trabajo científico. Durante su vida, además de su labor eclesiástica, fue elegido como catedrático de la Royal Society (1717) quien le concedió la Medalla Copley en reconocimiento a sus investigaciones en ciencias biológicas en 1939. En 1733 fue reconocido como Doctor en Teología por la Universidad de Oxford y en los últimos años de su vida como miembro de la Academia de Ciencias Francesa. Existen discrepancias en la literatura sobre cuando se realizó la primera medición de la presión arterial. Mientras algunos autores hablan de 1711 como la fecha de la misma, otros estiran la fecha hasta 1727. Lo cierto es que el producto de este experimento solo fue publicado en el tomo 2 (Haemastaticks) de su obra científica más importante, los Statical Assays. Hales describe de esta manera su experimento: "En Diciembre hice atar una yegua viva .... hice abrir la arteria crural izquierda a 3 pulgadas del vientre, inserte en ella un cuiío de latón de 116 de pulgadas de diámetro y mediante otro tubo de igual material, firmemente adaptado, fije un tercero de vidrio que tenía aproximadamente el mismo diámetro y nueve pies de longitud. Al soltar la ligadura de la arteria, la sangre se elevó 6 pies y 3 pulgadas sobre el nivel del ventriculo izquierdo, en el tubo colocado perpendicular, pero no alcanzó esta altura enseguida... Cuando estaba en el punto más elevado subía bajaba 2, 3 ó 4 pulgadas en cada pulsación".


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